Entrenar la incomodidad te hace más fuerte.
Al entrenar la incomodidad te endureces mentalmente.
Una de las prácticas del estoicismo es entrenar la incomodidad.
Los estoicos usaban como herramienta el someterse a la incomodidad voluntaria para desarrollar la fuerza mental, estimular el desapego a las cosas materiales y valorar más lo que se tiene.
Hace más de 2000 años, filósofos como Séneca o Marco Aurelio practicaban la incomodidad voluntaria.
La generación de los «bambis»
Somos la generación de los bambis. Hemos crecido con tantas comodidades y facilidades que nos estresa cualquier cosa.
Debido a las facilidades que nos han dado en nuestra niñez, nos hemos vuelto muy cómodos. Pocas veces hemos tenido que luchar por las cosas.
Tenemos unas facilidades en la vida como pocas veces antes se había tenido:
- Accesso a la información con un solo click.
- Agua caliente a diario y posibilidad de ducharte cuando quieras.
- Capacidad de poder comer lo que quieras y cuando quieras.
- Disposición de energia eléctrica.
- Podemos practicar casi el hobbie o deporte que queremos.
Hemos crecido con tantas comodidades que tenemos la sensación de que somos merecedores de todo ello por simplemente haber llegado al mundo. Incluso, la mayoría de veces, consideramos que merecemos más.
Debido a que no tenemos preocupaciones por nuestra supervivencia o por conseguir alimento, hacemos de otras preocupaciones menores el centro de nuestros problemas cuando en realidad no deberían ser un problema.
Todo esto nos lleva a perder el foco. Haciendo que cosas que no son importantes, pasen a ser necesarias para estar bien. Sin prestar la suficiente atención a las cosas que son importantes de verdad, porque las damos por sentado.
Hacemos problemas mayores de cosas que no deberían ni considerarse problemas:
- El mínimo de clases en catalán debería ser el 90% y no el 60%
- La vecina ha tirado la basura 2 horas antes de la hora acordada en la junta.
- Pepito ha tenido más suerte en la vida y yo menos.
«La incomodidad es un sabio maestro”
caroline myss
Incomodidad voluntaria
La incomodidad voluntaria es una herramienta del estoicismo.
Voluntariamente, una persona decide ponerse en situaciones incómodas forzosas para conseguir mejoras en el medio o largo plazo.
El objetivo es alejarse de la búsqueda de una comodidad continua que nos hace menos conscientes, nos aleja del camino virtuoso y nos debilita.
La comodidad de manera continuada tiene malos efectos para las personas:
- A nivel físico, la comodidad nos deja un cuerpo menos atlético y menos sano. Y, por lo tanto, menos longevo.
- A nivel psicológico la comodidad nos lleva a un camino de poco esfuerzo, teniendo más facilidad de caer en vicios y debilitando nuestra templanza.
Todo acto de incomodidad ayuda a mejorar el coraje y la disciplina, cualidades muy importantes del estoico.
“Quien siempre se protege del viento, cuyos pies están constantemente calientes y cuyas habitaciones permanecen aisladas del frio, peligrará al enfrentarse a la mínima brisa. Todos los excesos son malos, pero ninguno peor que el exceso de comodidad. Afecta al cerebro. Hace a los hombres perder la visión de la realidad y se vuelve nebulosa la separación entre lo verdadero y lo falso.”
Séneca
¿Por qué entrenar la incomodidad?
Para los estoicos, la incomodidad es un entrenamiento que las personas tenemos que hacer para la vida.
La idea era realizar entrenamientos que acostumbran al cuerpo a soportar el calor, el frío, el hambre, la sed y la resistencia en todos los tipos de exigencias físicas.
De la misma forma, renunciar a placeres se considera un acto de incomodidad voluntaria. Renunciar al postre, quedarse con hambre al terminar de comer, madrugar o no tomarse esa cervecita.
Sometiéndonos a actos de incomodidad, nos hacemos más fuertes, entrenamos la templanza y aprendemos a disfrutar más de los momentos placenteros. Renunciar a cosas que disfrutas te ayudará a apreciarlas más. Se gana fortaleza y se desarrolla la capacidad de esfuerzo.
El principal beneficio de entrenar la incomodidad es hacerse más fuertes ante la adversidad.
Practicar la incomodidad nos hace estar más cómodos en situaciones no placenteras y hace que valoremos más lo que tenemos.
Para los que tomáis café a diario ¿Habéis probado un buen café después de haber estado una semana sin probar el café? Yo sí y me pareció el mejor café del mundo.
El mismo Séneca, que era bastante acaudalado, perseguía de vez en cuando la incomodidad. Ayunaba, vestía con ropa vieja y rota y practicaba la pobreza a pesar de ser uno de las personas más ricas de Roma.
“Entrenamos el alma y el cuerpo cuando nos acostumbramos al frío, al hambre, al calor, a la abstención de los placeres y al dolor.”
musonio rufo
Actos de entrenamiento de incomodidad
Casi cualquier cosa que nos haga salir de la zona de confort es un entrenamiento de incomodidad.
Al salir de la zona de confort, se nos abre un mundo que no conocemos y que nos hace vivir experiencias que conllevan grandes aprendizajes. Cuando salimos de nuestra zona de confort no estamos cómodos, pero esto nos hace crecer y mejorar.
El estoicismo anima a entrenar la incomodidad en pequeñas cosas:
Cambiar de hábitos ocasionalmente
El efecto de cambiar de hábitos es más fuerte de lo que parece. Pero ojo! que los hábitos son también necesarios.
De manera ocasional, se puede cambiar algún habito que te sea placentero por un acto incómodo y sano. Por ejemplo, renunciar a un desayuno de bollería y cambiarlo por fruta.
La idea es que sea un cambio ocasional y que ese cambio sea bueno para tu salud.
¿Has probado a desayunar algo totalmente diferente? ¿Irte a la cama sin cenar?¿No ingerir alimentos hasta el mediodía? ¿Levantarte un día temprano para hacer deporte? ¿O acostarte un día tarde para alargar tu entrenamiento?.
Hablar con desconocidos
Hablar con gente desconocida es algo que puede resultar incómodo.
Establecer una conversación con personas que no conoces te hace salir de tu zona de confort y, por eso, causa incomodidad.
Ponerse en primera fila en los eventos
Es una manera de exponerte que puede resultar incómodo para algunas personas.
Pasar varios días sin tomar café/té
Renunciar al algo que tomamos de manera diaria es un acto de incomodidad más grande de lo que parece.
Conozco a muy poca gente que tome café de manera habitual y se someta voluntariamente a estar 5-7 días sin tomarlo. «¿Para que lo voy a hacer?» es lo que dicen las personas que realmente no podrían pasarse ni 3 días sin tomar café. ¿Tan dependiente eres de algo que no puedes estar unos días sin tomarlo? ¿Tan poco control tienes sobre tus instintos?.
Lo que digo con el café también puede aplicarse a la infusión que te tomas de manera diaria, al cigarro que te fumas o a la cerveza que te tomas. Claro que es incómodo hacerlo, de eso se trata. Lo que quieres es dominar a tus impulsos, No que ellos te dominen a ti.
Sáltate un día el desayuno, o la cena
A parte de que alargar el periodo de ayuno es beneficioso para tu cuerpo, también es bueno para tu mente.
Te hace dar cuenta de que pasar 14, 18 o incluso 24 horas sin ingerir alimentos no es una locura ni mucho menos. Al contrario, es bueno para tu salud.
Cuando los fines de semana entreno Deporte funcional o escalada por las mañanas lo hago sin desayunar.
Duchas frías
De vez en cuando duchate con agua fría. Imagina que te han cortado el agua caliente y no tienes más remedio que ducharte con agua fría. Es más fácil hacerlo que decirlo.
En invierno no he podido hacerlo, pero en otoño y primavera me ducho con agua fria una vez a la semana. En verano me ducho siempre con agua fría.
Entrena cuando no te apetece.
Cuando me apetece entrenar, entreno. Cuando no me apetece entrenar, entreno más duro.
Hay una diferencia vital entre las personas que les gustaría hacer deporte y las personas que se comprometen a hacer deporte.
Dormir en el suelo
Prueba un día a dormir en el suelo, con mantas o esterillas claro.
En mi caso, el sueño es algo sagrado y aún no he probado dormir en el suelo pudiendo dormir en un colchón.
Caminar descalzo
Son bastantes los beneficios de caminar descalzo por la hierba, por roca, arena o por tierra. El pie tiene muchas terminaciones nerviosas y el cuerpo libera estrés cuando camina por suelos naturales (no, el asfalto o el suelo de casa no cuentan).
Caminar descalzo es incómodo. Pero necesario para fortalecer los músculos de los pies y mejorar la circulación sanguinea.
Conclusiones
En la sociedad actual se está viendo que evitar la incomodidad a toda costa nos trae problemas:
- Enfermedades por el poco ejercicio físico.
- Ansiedad por problemas menores.
- Procrastinación de deberes.
- Insatisfacción al no conseguir lo que se espera.
- Dar poco valor a lo que se tiene.
El cuerpo humano se adapta. Es bueno someterlo a ligeros toques de estrés para estimularlo y que se adapte.
Entrenar la incomodidad ayuda a mejorar 2 de las 4 virtudes estoicas virtud, la templanza y el coraje.
Someterse a la incomodidad nos hace estar más cerca de la ataraxia. De la cual hablaré más en detalle en la próxima entrada.
“Ninguna pérdida debe sernos menos sensible que la del tiempo, puesto que es irreparable”
Zenón de Citio
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13 febrero, 2023 at 14:31
Buen articulo! Justo estoy intentando quitar el cafe. Lo deje de golpe y tuve mareos y dolor de cabeza… Era mas adicto de lo que pensaba. Ahora reduje a uno diario y espero pasar 15 dias sin cafe el mes proximo. Hay q entrenar el caracter o ser unos pusilanimes.
16 febrero, 2023 at 10:19
Hola Reitug,
Unos lo dejan y otros se van haciendo adictos hahahaha.
Últimamente he subido el consumo de café, ahora me tomaré 5-6 tazas a la semana. Casi un café diario.
Por tema saludable no es problema, porque los estudios indican que consumir 1-2 tazas de café sin azúcar conlleva más beneficios que lo malo que tiene. Pero aún así, considero que, aunque sea algo sano, es mejor no estar adicto o depender de ello.
Voy a ver si vuelvo a mis 2-4 tazas de café a la semana. Saborear el café pero sin depender de él. Si una semana no tomo café que no suponga un problema.
Un abrazo