Renta fija y Renta variable son dos términos que suenan mucho.
Aparecen en los periódicos, en internet y en la televisión.
Todos tenemos una ligera idea de lo que es la renta fija y de lo que es la renta variable. Pero esta idea está muy distorsionada por los medios de comunicación.
Con esta entrada quiero dejar claro estos conceptos.
Renta fija
La renta fija es un producto de inversión que al contratarlo “garantiza” una renta conocida por el que ha contratado el producto. En el momento de contratar un producto de renta fija se sabe de antemano el interés o la renta al que se opta.
Bonos, rentas remuneradas y depósitos bancarios son los productos más conocidos dentro de la renta fija.
¿Cómo funciona la renta fija?
Si una persona usa 1.000 euros y contrata un depósito de un año al 3% está contratando un producto de renta fija.
Al cabo de un año la persona tendrá 1.030 euros. Esto equivale a los 1.000 euros que tenía más al interés del depósito bancario.
Si se tiene un dinero que no se va a usar es mejor tenerlo en un producto de renta fija que guardado en el cajón de casa, donde no va a dar ningún interés.
La ventaja de la renta fija es que, en principio, no tienen sorpresas. El inconveniente es que el interés es bajo. Algunas veces puede ser igual que el IPC, y algunas veces incluso menor, lo que haría que al cabo de un año se haya perdido poder adquisitivo.
¿Qué significa perder poder adquisitivo?
Cada año los precios de los bienes de consumo suben o bajan. Normalmente suben. El porcentaje de lo que varia es la inflación y viene medido por el IPC. SI la inflación se sitúa en un 3% quiere decir que al cabo de un año los precios han subido de media un 3%.
El poder adquisitivo es la cantidad de bienes y productos usados que se pueden comprar con una cantidad de dinero.
Cada año el dinero líquido pierde poder adquisitivo porque los precios de las cosas suben. En otras palabras, a medida que pasa el tiempo, con la misma cantidad de dinero podremos comprar menos cosas. Lo cual significa que perdemos poder adquisitivo.
Si contratamos un producto de renta fija de un año al 3% y la inflación se situa en el 2.3% quiere decir que estamos ganando poder adquisitivo con este producto de renta fija.
La verdadera desventaja de la renta fija
En el ejemplo anterior vimos como una persona obtenía un 3% de rentabilidad con un producto de renta fija al cabo de un año. La pregunta buena, como puedes imaginar, sería ¿Ha ganado esa persona poder adquisitivo o lo ha perdido?
Para contestar la pregunta anterior deberíamos saber cuanto ha sido la inflación.
La rentabilidad real no es exactamente coger la rentabilidad de un producto y restarle la inflación, pero para efectos teóricos nos valdría.
La rentabilidad real de los productos de renta fija es normalmente muy baja y además, existe el peligro de que la inflación pueda variar tiempo después de haber contratado el producto.
Contratando un producto de renta fija nos puede pasar que, en términos de poder adfquisitio, se nos puede quedar en una rentabilidad negativa (aunque más negativa hubiera sido dejando el dinero en una cuenta corriente).
La renta fija nos dará buen resultado en caso de que, una vez contratado, se bajen los tipos de interés. Pero nos dará mal resultado si los tipos de interés empiezan a subir.
La renta variable
La renta variable puede ser un producto de inversión como son los fondos de inversión o los ETFs. Pero también pueden ser participaciones de empresas, más conocidas como acciones de bolsa.
Estos productos no garantizan una renta fija, si no que su renta es dependiente de cómo hayan sido los resultados de la empresa (o empresas que compongan el fondo).
A pesar de que se tiene el concepto de que en la bolsa se compra barato para vender caro (y otros muchos conceptos que vienen influenciados por Hollywood). La bolsa es, en realidad, comprar participaciones de una empresa para optar anualmente a una parte de los beneficios que ésta tiene.
Al igual que la renta fija, se compran unos títulos. La diferencia es que la renta que otorgan estos títulos no es una renta fija, si no que es variable dependiendo de cómo le haya ido a la empresa. De aquí viene el nombre de “Renta Variable”.
A pesar de que la idea de las acciones de bolsa es dar una renta variable, mucha gente tiene en la cabeza que las acciones de bolsa son para comprarlas y venderlas. Pero la idea inicial era conseguir una renta mientras se poseen los títulos.
La renta variable suele ser más rentable que la renta fija
El hecho de que en renta variable se estén comprando participaciones de empresas hace que se tenga algo tangible. Un inversor de bolsa pasa a tener un porcentaje de la empresa de la cual compra acciones. Realmente, cuando se invierte en bolsa, se es dueño de una parte de la empresa o empresas en las que se ha invertido.
Por lo general, las empresas sólidas suelen tener beneficios crecientes con el tiempo. Esta es la razón por la que, a medio y largo plazo, la rentabilidad de la renta variable supera a la rentabilidad de la renta fija.
Existen muchas empresas cotizadas en bolsa que durante más de 25 años no han dejado de pagar ni un solo dividendo en ninguno de los años. Además este dividendo, acorde con el beneficio de la empresa, ha sido creciente con el tiempo.
Por qué la bolsa es mucho más segura de lo que la gente piensa
Al contrario que el oscuro y opaco mercado inmobiliario. En el mercado bursátil las empresas que cotizan en él están obligadas a poner una cuenta de sus resultados. Todo el mundo puede acceder a la cuenta de resultados de una empresa para decidir invertir en la empresa.
Es fácil darse cuenta si una empresa tiene un cash-flow positivo y si la empresa genera beneficios. Además se puede ver cuanto de endeudada está la empresa y sus prespectivas de futuro
Dos de las grandes ventajas de la bolsa son
- Hay muchos datos del pasado.
- La transparencia.
Por un lado, hay una multitud de estudios que demuestran la rentabilidad de la renta variable en su historia comparada con otras inversiones.
Por otro lado, las empresas cotizadas en bolsa están obligadas a hacer públicos todos sus balances y cuentas. Esto es algo muy importante ya que conociendo las cuentas de una empresa es muy fácil conocer si tiene un cash-flow positivo y, por lo tanto, conocer si es una empresa que cada año gana dinero.
Al final la cosa es sencilla, si invertimos en empresas que ganan dinero o bien las acciones subirán o bien pagarán un buen dividendo anual. Muchas veces las empresas suben de valor y además pagan un buen dividendo.
Ejemplo
Red eléctrica es una compañía que tenía (y todavía tiene)un buen flujo de caja. Muchos inversores compraron acciones de Red eléctrica en 2004.
En solo dos año Red eléctrica subió su valor en más del doble. Muchos inversores decidieron vender y, después de pagar a hacienda por las plusvalías, habían obtenido un beneficio del 100%.
Pero es que el dividendo de Red eléctrica también había subido el doble. La gente que había comprado Red eléctrica en 2004 con un dividendo anual de un 5% ahora recibia cada año un 10% en forma de dividendo de la cantidad invertida. Y 2 años más tarde recibían un dividendo de un 15% de la cantidad invertida.
Los que vendieron sus acciones doblaron el capital, los que las mantuvieron dispusieron de rentas de un 15% de la cantidad inicial invertida y el dividendo seguía creciendo.
Al vender las acciones de buenas compañías se renuncia a beneficios futuros.
Conclusiones
- La renta variable siempre ha sido más rentable que la renta fija en el largo plazo.
- Las compañías sólidas suben su beneficio año tras año lo que les lleva a pagar mejores dividendos.
- Igual que a una compañía le puede ir bien, también le puede ir mal. Por eso, para invertir en renta variable, se debe estudiar muy bien cada caso.
- La renta fija protege tu dinero contra la inflación pero no hace que el dinero crezca. Su seguridad hace que sea buena idea tener algo de dinero en renta fija pero no mucho. El dinero invertido en renta fija no crece, simplemente queda protegido con la inflación.
- No es buena idea deshacerse de una empresa que paga buenos dividendos. Si se compró acciones de una empresa porque daba el 5% de dividendo, aunque doble el valor si dobla tambien el dividendo no habría que vender esa empresa.
- Las mejores empresas de las cuales tener acciones son aquellas que suben su dividendo cada año y esas acciones de empresas sólidas hay que quedárselas porque dan una renta constante y creciente. Es como tener un piso alquilado, pero no hay que preocuparse de que nada se rompa ni hay que preocuparse de buscar nuevos inquilinos.
La imagen principal ha sido tomada por Markus Spiske y sacada de Unsplash.
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